La historia de Shiva y Shakti en el Tantra se utiliza para explicar el funcionamiento de nuestro cuerpo y nuestra energía en la búsqueda de la iluminación. Es una historia de opuestos, y de la búsqueda de la plenitud a partir de nuestra energía primaria. Es un viaje y una travesía.
Las sectas precursoras del tantrismo utilizaban esta historia para mostrar el camino correcto a los discípulos.
¿Quiénes son estas deidades?
Shiva es uno de los Dioses principales del hinduismo. Es uno de los Dioses que participa en la trimurti, es decir, en la trinidad hinduista, junto con Vishnú y Brahma. Su nombre significa el benévolo, el amistoso o el propicio y representa al Dios destructor y regenerador del universo. Se le relaciona también con lo primordial, con la calma y la ausencia.
Explicar quién es Shakti es más complejo, pues no es una deidad concreta. Shakti significa la energía femenina y es la Gran Diosa entre las Diosas. Shakti es, dentro del Tantrismo, la que le da vida a todo lo que existe. También, en el hinduismo Shakti es vista como la Gran Diosa, pues se cree que todas las Deidades femeninas son reencarnaciones o representaciones de Shakti.
Por otro lado, el término Shakti puede hacer alusión a la parte femenina, que pueden poseer los Dioses masculinos. Esto ocurre también a la inversa, hay un aspecto masculino llamado Deva que puede estar también en una deidad femenina.
Otro concepto que debes conocer para entender esta historia es el de Kundalini, que en sánscrito y traducido al castellano significa la enroscada. El motivo es que la energía de nuestro cuerpo se visualiza como una serpiente enroscada y dormida en el muladhara chakra. La kundalini si se desarrolla correctamente, con plenitud, llega a reunirse con el alma. En esto coinciden diversas doctrinas que mencionan a la kundalini. Por ejemplo, el yoga, el gnosticismo, el tantra, el budismo y otras.
Historia de Amor de Shiva y Shakti
¿Y cuál es la historia de Shiva y Shakti que se utiliza para explicar el Tantra?
Pues bien, Shakti, el principio femenino está representada por una serpiente llamada kundalini (esta es la energía primordial). Esta serpiente se encuentra en la base de nuestra columna, en el hueso sacro o en el primer chakra, también llamado chakra raíz.
En cambio, su amado Shiva, está al final de la columna, en nuestra coronilla, séptimo chakra o chakra corona.
Por tanto, cada uno de ellos se encuentra en un extremo de la columna, conforman el eje vertical humano. Y además son complementarios, si Shakti es cambio, Shiva es pasividad. Shakti es la creación y el movimiento, Shiva la consciencia.
En otro plano, ambos están unidos, pero en este se encuentran separados y deben encontrarse para hacer el amor. Para ello es Shakti quien debe ir hacia Shiva y no al revés.
La historia de Shakti y Shiva dice que la Diosa se encuentra dormida en la base de nuestra columna y que cuando despierta se transforma en Diosa y realiza un viaje de ascenso hacia energías superiores (chakras). Cuando llega al último, al chakra corona, se encuentra con Shiva, su amado, el cual se encuentra dormido en una flor de loto. Aquí Shakti representa la energía kundalini y Shiva, la consciencia, que en este caso está dormida y debe despertarse.
Para despertarlo, Shakti baila para él y el amor de su danza logra hacer que el Dios abra los ojos, entonces se une a ella en el baile y los dos haciendo el amor se funden en un solo ente. Esta es la boda mística, donde lo masculino y lo femenino se funden para crear un ser andrógino, donde los opuestos al quedar unidos han vuelto a la unidad primera o primigenia.
Significado de Shiva y Shakti en el Tantra
El significado de esta historia es claro, a diferencia de otros relatos más complejos que forman parte de los textos tántricos y que a los principiantes les puede resultar complejo entender.
Esta es la historia de un viaje, de cómo despertar poco a poco nuestra consciencia espiritual, usando la energía vital. Es un recorrido corporal para alcanzar un fin espiritual y último.
Para despertar a Shiva, necesitamos a Shakti. Aquí se unen todas las polaridades, lo espiritual y lo corpóreo, la creación y la destrucción, la existencia y el vacío, la energía y la pasividad, lo femenino y lo masculino. Son opuestos, y es el primer principio, el de la energía, el que debe seguir a la consciencia. No al revés.
Shakti es la Kundalini, la energía primordial enroscada que llega a otro plano, el plano del entendimiento, y entonces se abre a otros aspectos más elevados. En ese lugar elevado es donde Shiva y Shakti hacen el amor.
Esa unión entre ambos crea una consciencia superior que se transforma en luminosidad, en plenitud. Entonces ambos, la energía primordial y la consciencia superior, atraviesan el séptimo chakra, ascienden, vuelven a la fuente, a lo primigenio y se quedan unidos.
Para lograr esto debemos primero despertar a Shakti, pues recordamos que también estaba dormida. Es decir, debemos activar nuestra energía femenina. Shakti cuando despierta deja de ser una serpiente enroscada y al elevarse se convierte en una bella y poderosa Diosa la cual asciende por nuestros centros de energía uno a uno. En cada chakra despierta y desposa a las divinidades. Esto quiere decir que la kundalini cuando asciende desbloquea los chakras y los activa. Esta es la energía vital que recorre nuestra espina dorsal y llega a la corona espiritual. Este es el objetivo.
Por tanto, la historia de Shiva y Shakti es un viaje en el que primero se despierta la energía vital, lo corpóreo y las sensaciones y esto acaba por crear un equilibrio con lo no corpóreo para finalmente alcanzar la consciencia plena. Entonces se atraviesa el último chakra y llega la luz.