¿Quieres comenzar una sesión? Los preparativos para el Tantra deben ser tenidos muy en cuenta. Sin ellos, la sesión puede no ser cómo esperas y ofrecerte mucho menos. Para preparar bien la habitación, debes tener en cuenta los cinco sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto. Pero no necesariamente en ese orden…
El Tantra a menudo busca jugar, busca redefinir tus límites… Este tipo de Tantra más relacionado con el Tantra Sivaíta es menos conocido en occidente, pues si no es guiada por un maestro puede ser peligroso llevado al extremo. Por eso, durante las sesiones no busques tus límites, explora de forma natural y sigue tu intuición.
Para redefinir estos límites no hay nada mejor que anular o estimular nuestros cinco sentidos. Por ejemplo, puedes anular la vista y potenciar el tacto o el sabor, para ello existen numerosas técnicas y encontrarás libros que supondrán una buena guía.
Ayúdate con velas, incienso, frutas exóticas, juegos de luces, espejos, contrastes de frío y calor y más.
El Tantra pone en práctica los cinco sentidos y para una primera sesión, ya sea individual o en pareja, debes potenciar levemente los cinco sentidos, sin anular ninguno. Cuando ya te conozcas a ti mismo/a dentro del tantrismo puedes comenzar a hacer modificaciones.
Seguro que lo imaginas: música. Pero no vale cualquier música. Puedes encontrar música tántrica en diferentes plataformas y seguro que estás son perfectas, pero ante la duda consulta con tu maestro.
Otro aspecto importante es que te sientas bien escuchándola. Y por ejemplo, si quieres hacer una sesión de sexo tántrico, esta música debe despertar tu libido.
Asegúrate también de que no haya interferencias, de que no comience a sonar una canción que pueda desconcentrarte o que aparezcan anuncios, de lo contrario, la sesión podría venirse abajo.
Por supuesto, también cuenta como un preparativo para el Tantra la voz de tu amante, susurrándote al oído lo mucho que te desea, te aprecia y te admira. Procurad que las palabras entre los dos sean de sincero cariño y admiración. Mientras tu pareja te halaga profundiza no solo en lo que dice, sino en cómo lo dice, cómo pronuncia, entona… puede resultar erótico.
También, si es Tantra individual y no has encontrado la música adecuada, un mantra puede ayudar. Uno personal o un mantra hindú, por ejemplo, uno con el que te sientas bien y en armonía.
El olfato es el sentido más poderoso. Quizá te sorprende, pero si lo piensas… ¿no te ha ocurrido que al percibir un aroma te han venido a la mente cientos de recuerdos, o uno muy específico que tenías olvidado?
El olfato es el sentido más instintivo, más primitivo y juega un papel fundamental en nuestras emociones.
Por eso, para comenzar una sesión de Tantra debes estar en un lugar sin olor, o con un olor agradable que tú hayas elegido. Por ejemplo, un incienso o tus velas aromáticas favoritas.
Y si vas a comenzar una relación de sexo tántrico, más que nunca trata de prestar atención al aroma de tu pareja, este puede ser el mayor estimulante. Para hacerlo podéis cerrar los ojos solo unos instantes y acercaros al cuello del otro, a su pecho, a su cabello… la fragancia del amado o amada es un potente afrodisíaco.
El tacto es fundamental, especialmente en una sesión de Tantra Rojo. Los preparativos deben incluir una esterilla que nos resulte agradable al tacto, o una cama de suaves sábanas. El cuerpo de nuestro amante también debe resultar agradable. Para ello podemos utilizar un baño de espuma, geles, cremas o aceites de masaje.
Cuando iniciamos una relación sexual, centramos nuestro placer y nuestras sensaciones en la genitalidad, especialmente los hombres. Nos olvidamos de otras partes del cuerpo y vamos directos al grano. Pero el Tantra sugiere todo lo contrario.
Conviene antes de nada, tocar a nuestro amante, hacerlo de forma suave y relajada, queriendo reconocerlo a través del tacto. Para ello deja la mente en blanco, puedes cerrar los ojos o buscar un punto fijo. Céntrate en tocar con las yemas de los dedos todo su cuerpo, masajealo, conócelo y excítalo levemente. El objetivo es que ambos deseéis mayor contacto sin llegar a él.
Por último, centrarte en el tacto como preparativo del Tantra puede ayudarte a luego realizar un masaje de Yoni o de Lingam.
En cuanto al Tantra Blanco o Tantra Individual, el tacto no es menos relevante. Debes conocer tu propio cuerpo y esto, además de aprendiendo a escucharlo, se hace activando el tacto.
El sentido del gusto nos ofrece infinidad de sabores. Dependiendo de cuáles experimentemos, nuestro estado de ánimo puede variar. Por ello, es recomendable antes de comenzar una sesión tántrica no degustar platos demasiado sabrosos, que transmitan mucha carga.
Si lo hacemos, debemos saber cuáles son los sabores propicios para comenzar una sesión tántrica. Y esto, variará dependiendo de lo que busquemos conseguir. Por ejemplo, ¿buscas mayor concentración, ¿mayor placer sexual? ¿Conocer nuevas formas de respiración?
Cuando busques experimentar con tu gusto, una buena forma de hacerlo es teniendo alimentos sabrosos cerca de ti. Solo un bocado puede cambiar tu experiencia tántrica.
Algunos alimentos: canela, frutas ácidas o dulces, miel…
La vista no necesita potenciarse en una relación tántrica, sino todo lo contrario, debe aprender a controlarse.
Antes de comenzar una sesión tántrica individual, debes conocer la llamada mirada tántrica. Esta consiste en ampliar tu campo de visión como si se tratara de un gran angular. Mira intentando abarcar todo y sin fijar tu atención. Si lo practicas lo suficiente, la sesión será muy especial.
En cuanto a los preparativos de la vista para tu pareja… Podéis comenzar mirándoos a vosotros mismos en un espejo, y luego cambiar la mirada hacia los ojos del amante. Os sorprenderá qué efecto puede causar mirar al otro durante más de cinco minutos.
Si ya has practicado el Tantra solo o acompañado y conoces las respiraciones más adecuadas y varias posturas tántricas para favorecer la calma y la paz mental, puedes comenzar a jugar con los sentidos.
Es decir, que tú, conociendo y sabiendo interpretar tus emociones, dirijas los sentidos de un modo u otro que te resulte beneficioso y te acerque a una sensación más plena, más presente… de mayor conciencia.
Algunas ideas: vendar los ojos, potenciar los aromas, aumentar o limitar el sentido del tacto, probar sabores extravagantes…