Seguro que al leer “Tantra para atraer la abundancia” te ha atraído poderosamente la atención y quieres comprender para ponerte cuanto antes manos a la obra. Pero calma, porque no es exactamente así.
Cuando hablamos de abundancia, no hablamos solamente de una abundancia económica y material, abundancia puede referirse también al cariño, a las metas en nuestra vida, a la abundancia de seres queridos, a la abundancia espiritual… a muchas de ellas.
Por otro lado, tienes que comprender que no vas a conocer ejercicios para pedir abundancia, sino para atraerla, es decir, para acercar a ti una abundancia que ya existe. Para ello, ya debes sentirte una persona en abundancia. Es decir, debes sentir gratitud hacia lo que te rodea, hacia lo que se encuentra en tu vida.
Debes sentirte agradecido por todo lo que tienes, que te han dado o que has atraído hacia ti. Sin una visualización o actitud de gratitud, no es posible atraer la abundancia, porque de hecho, lo que vamos a hacer es multiplicarla.
En primer lugar siéntate en una esterilla, alfombra, banqueta… donde te sientas mejor. Cierra los ojos y mantén erguida y estirada la columna vertebral.
A continuación, comienza a ser consciente de tu respiración. Haz entre dos y cuatro respiraciones por la nariz, profundas y largas, dejando libres tus pulmones y también llenándolos por completo.
Los tres ejercicios que vas a leer a continuación comienzan siempre del mismo modo: sentado en una postura cómoda sobre una alfombra o cojín y con consciencia de tu respiración.
Una vez has hecho las respiraciones y coloca las manos a la altura de tu esternón, pero sin tocarlo. Esconde los pulgares en la palma y con las palmas hacia arriba junta el meñique con el meñique. Como si se dieran un ligero golpe… a continuación, cámbialas de posición y sitúalas con las palmas hacia abajo y haz que ahora sean los índices los que choquen.
¿Lo tienes? es muy sencillo.
Ahora que sabes efectuar el movimiento debes conocer el mantra que vamos a recitar: har. El cual habla de la semilla, el flujo y la conclusión. Es decir, es el mantra total de la creación. Así conectamos con la madre tierra.
Pero, ¿cómo? Cierra los ojos e inspira profundamente antes de comenzar. Con los ojos cerrados junta tus índices y pronuncia har, acto seguido cambia la posición de las palmas y une los meñiques pronunciando har de nuevo. A continuación, sigue con los índices, luego los meñiques… y así, entre 20 y 30 veces, con las que tú te sientas cómodo.
Cuando hagas la pausa, vuelve a tomar aire profundamente, llena tus pulmones manteniendo las palmas hacia arriba e imagina cómo la energía kundalini crece desde tu perineo, sube por tu columna y llega a tu coronilla. Cuando hayas terminado reposa y poco a poco exhala mientras deshaces la posición de las manos.
Quédate así unos segundos, consciente antes de comenzar a realizar el siguiente ejercicio.
En el segundo ejercicio tienes que colocar el brazo derecho sobre el izquierdo, de nuevo ambos a la altura del esternón. Los brazos tienen que estar mirando al suelo, es decir las palmas de las manos apuntan hacia el suelo y el brazo derecho cubre por completo al brazo izquierdo. Se sitúa por encima.
Los codos quedan alineados y los brazos separados del pecho. Ahora, fíjate en tu respiración. Debes exhalar por completo todo el aire, mantén vacíos los pulmones menos de un segundo y comienza a inhalar durante 5 segundos, ahora mantén los pulmones llenos durante 5 segundos, finalmente exhala en 5 segundos.
¿Lo tienes? Hazlo el tiempo que consideres oportuno. Cinco o 10 minutos pueden ser suficientes.
Por último mantén el aire en el pecho y exhala mucho más lentamente para acabar. Cuando lo vayas haciendo deshaz también a medida que exhalas la posición de tus manos y déjalas donde te resulte más cómodo. En tu regazo, en las piernas…
Por otro lado debes saber que si en lugar de 5 segundos puedes hacer 10 o 15 sin sentirte agobiado mejor, es parte del propósito tener respiraciones largas y profundas.
Coloca las manos a la altura de tu esternón y una delante de la otra. Puede ir la derecha delante de la izquierda o al revés. Por ejemplo, con la palma de la mano derecha tocas la zona exterior de la mano izquierda o viceversa. Ambas están en la misma posición y una “tapa” a la otra. Por supuesto, al igual que en el ejercicio anterior los dedos deben estar estirados y unidos.
Ahora es el momento de comenzar con el movimiento: sube y baja las manos, cuando una sube la otra baja y luego al revés. Pero sin mucha distancia, una puede llegar a tu ombligo y la otra a tu barbilla aproximadamente. ¿Lo tienes?
Bien, a este ejercicio también debes añadirle un mantra un poco más complejo: Har Hare Hari Wahe Guru.
Mientras lo recitas de una forma lenta tus manos se tienen que mover arriba y abajo un poco más rápido que tu voz, de manera que en cada sílaba tengas al menos dos movimientos.
Hazlo el tiempo que consideres conveniente y poco a poco desciende el ritmo de las manos y también de la voz. Entonces, detente de nuevo con una mano sobre la otra, o sea, las dos a la misma altura.
Para acabar inhala profundamente y mantén tus pulmones llenos durante algunos segundos. Luego, exhala poco a poco y deshaz la posición de las manos, bájalas lentamente y déjalas donde lo sientas mejor.
Una vez hayas realizado los ejercicios, probablemente te sientas más conectado a ti mismo, a tu interior, a la calma… y sentirás la abundancia que ya posees para que de ese modo se multiplique.
Para finalizar por completo, antes de realizar cualquier otra actividad, descansa unos minutos para integrar la experiencia y que el cambio no sea brusco.