El Tantra no es una religión, es una ciencia. De hecho, el tantrismo puede ser practicado por personas de religiones diferentes e incluso por personas no creyentes sin caer en una contradicción. Sin embargo, ha sido confundido con una religión por su misticismo y por su relación con las religiones hinduistas y budistas.
Para que el Tantra sea considerado una religión, debería basarse en un conjunto de creencias religiosas, esto es, de creencias basadas en algo sobrenatural o divino. Sin embargo, todo lo que afirma el Tantra se ha basado desde sus inicios en hechos comprobables, verificables… es decir, su desarrollo ha ido de la mano de la ciencia.
Cuando nació se apoyaba en la ciencia de su época, la cual se relacionaba estrechamente con las creencias religiosas, y tenía características muy diferentes a nuestra ciencia actual, pero ni entonces ni ahora las creencias o los Dioses que se pueden encontrar en el Tantra eran la base para poder practicarlo y alcanzar la conciencia plena.
Eran simplemente parte de su atrezzo y se consideraban indisoluble una de la otra, porque hace siglos y milenios la ciencia, la filosofía y la religión eran una sola. Y también, porque en sus inicios todas las personas que practicaban Tantra eran creyentes. Todo esto hace que muchas personas mencionen a la religión cuando hablan de Tantra.
Pero es falso, el Tantra no es una religión sino una ciencia. Y esto es así porque todo lo que afirma puede medirse de un modo científico, todo sobre lo que se asienta tiene un carácter empírico. Y sin embargo, sus Dioses, los rituales o las historias que narran y dan sentido a los hechos científicos podrían ser fácilmente sustituibles por un libro de instrucciones muy preciso.
Sin embargo, no cabe duda de que el mejor modo de acercarse al Tantra es aquel que cuenta con milenios de práctica y conocimiento. Y es que, quizá la ciencia aún no ha medido que la mejor forma de acercarse a estas prácticas tan beneficiosas, puede ser, precisamente, a través de estas narrativas de carácter místico y religioso. A pesar de todo ello, el Tantra no es religión.
El Tantra puede ser considerado una ciencia porque se asienta, se afirma, sobre una base de hechos que la ciencia actual occidental puede verificar. Es decir, cuenta con variables medibles y cuantificables que además, afirman las propias hipótesis. Por ello, el Tantra no es una religión.
Cuando el Tantra nació hace milenios en La India se asentaba sobre una ciencia radicalmente diferente a la nuestra pero con algunos rasgos en común. Este nacimiento totalmente relacionado con un objetivo claro y con una serie de prácticas tan bien especificadas y diferentes entre sí, hace que a día de hoy podamos seguir hablando de ciencia.
Los grandes yoguis de La India conocían perfectamente las beneficiosas consecuencias de practicar cada uno de los ejercicios del Tantra, simplemente el modo en que lo verificaban, difería del nuestro. Pero los resultados son los mismos.
Son dos formas diferentes de demostrar lo mismo: que el Tantra es altamente beneficioso para el ser humano.
