Es muy habitual tener la energía estancada. Por nuestro estilo de vida, nuestro comportamiento, pensamientos, limitaciones, creencias… nuestra energía rara vez se pone en movimiento y mucho menos la dirigimos a nuestro antojo. Esto es negativo pues la energía podría quedarse paralizada, estancada y estar así durante años siendo mucho más difícil de volver a activar tiempo después.
Es energía que ya hemos usado y que se encuentra en la parte baja de nuestra columna. Lo habitual es que no la regeneremos por completo y que no la volvamos a poner en funcionamiento. Por lo que con el paso del tiempo se va acumulando más y más y puede generarnos malestar, incomodidad, dolores… por ello es bueno volver a ponerla en funcionamiento y nutrirnos de ella. Imagina que es como el ciclo del agua.
Para reactivar nuestra energía vamos a trabajar la parte baja de la columna, la zona de las lumbares y demás, pues es en la zona baja de la columna donde se encuentra esta energía que no utilizamos o a la que no damos uso. El objetivo es que suba por la columna, por los chakras y se transforme en otro tipo de energía menos densa.
Como en cualquier ejercicio de Tantra Yoga, debes buscar un lugar tranquilo, ventilado, limpio, que te transmita buenas sensaciones y en el que no vayan a interrumpirte. Hazte con un cojín o esterilla y siéntate con las piernas cruzadas.
Lo primero que debes hacer es apoyar las manos sobre tus rodillas, ahora relaja tu cuerpo y especialmente aquellas zonas que suelas tener en tensión como la mandíbula, los ojos, las manos, los dedos de los pies, el esfínter… ten percepción de tu cuerpo.
Cuando ya estés relajado/a y hayas logrado una respiración sosegada y consciente, imagina que tu columna vertebral y tu cabeza son una pieza, por tanto, si la columna se mueve a la izquierda, también tu cabeza. Es decir, trabaja como si tu cuello no estuviera o no fuera flexible, porque lo que vas a hacer es mover tu columna vertebral, tu tronco hacia adelante, a los lados y hacia detrás y la cabeza tiene que acompañarte e ir en línea con la columna.
Bien, comienza inclinando la columna hacia adelante, todo lo que puedas sin caerte y con los ojos cerrados. Recuerda que las manos están en las rodillas, ahora mueve la columna hacia la derecha, luego hacia atrás, luego hacia la izquierda y otra vez hacia delante. Hazlo de forma circular, creando un círculo y teniendo como eje tu chakra raíz.
Cuando lo consideres oportuno cambia de dirección durante el mismo tiempo.
Cuando vayas hacia atrás, inhala y cuando vayas hacia delante, exhala. Es fundamental para que sea efectivo que coordines respiración y movimiento. El ritmo lo pones tú, aunque lo recomendable es que no sea rápido ni lento, aproximadamente una respiración por segundo.
Por otro lado, debes añadir contracciones a la respiración y movimiento. Antes de finalizar, inhala y mantente estable en el centro, mantén tus pulmones llenos durante aproximadamente 10 segundos mientras contraes el esfínter, los genitales, la zona del vientre bajo… y antes de exhalar suelta. De ese modo el ejercicio habrá sido más fructífero. Seguro que después de la gran exhalación sientes más relajación.