Shivaísmo tántrico de Cachemira
El shivaísmo tántrico de cachemira es una de las corrientes del shivaísmo y tiene como práctica el Tantra. Es el Tantra más antiguo, de ahí su nombre cachemira, que es la región de La India donde se dice que nació el Tantra.
El shivaísmo tántrico de cachemira es practicado por muy pocos. El motivo es que se necesita la guía de un maestro iluminado y además, sigue algunas doctrinas escritas en los libros sagrados. Es por un lado estricto y por otro, propone las técnicas y posturas más liberadas e inimaginables del Tantra.
Si quieres descubrir un poco más, sigue leyendo.
Shiva forma parte de la trimurti o trinidad hinduista, es decir, es uno de los tres Dioses más relevantes del hinduismo.
«Shiva es un Dios amigable, compasivo y benévolo, pero es el Dios destructor. Él destruye cada ciclo y esto permite que se renueven.»
Shiva es también la pasividad, el vacío. Lo contrario a Shiva sería la actividad y la energía creadora. En consecuencia, dentro del Tantra se relaciona a Shiva con la consciencia dormida. Esa que una vez activada y en conjunto con nuestra energía vital podría llevarnos a alcanzar la plenitud.
Esta energía vital es la kundalini representada por Shakti, la cual se encuentra en la base de nuestra columna vertebral. Shiva, está al final, en el séptimo chakra. Kali debe subir y bailar para así despertarlo. Una vez despiertos harán el amor.
En La India existen algunas sectas que consideran a Shiva el Dios principal, estas son las escuelas shivaitas. Por tanto, el shivaísmo tántrico de cachemira toma a Shiva como Dios principal y su forma de acercamiento es el primer Tantra o tantra originario.
El shivaísmo tántrico de cachemira es una vía espiritual que se basa en la no dualidad, al igual que cualquier forma de Tantra.
Nuestra existencia, cuando nos percibimos como un yo alejado de lo demás, nos hace experimentar la dualidad. Pero esta es falsa, es solo una ilusión y a través del Tantra podemos acabar con ella y ver con claridad.
Esta unión se representa con Shiva y Shakti y supone la vuelta al origen primigenio. En esto, el shivaísmo tántrico de cachemira en nada se diferencia de otros Tantras, pero este siempre tiene más presente la no – dualidad. Por ello, es también más relativista.
En consecuencia, el shivaísmo tántrico de cachemira se desprende de cualquier prejuicio y realiza “extrañas prácticas” de Tantra, las cuales pueden resultar desconcertantes.
Dentro del shivaísmo tántrico de cachemira hay una triada, que se puede entender de diferentes formas: voluntad, conocimiento y actividad, o vía divina, vía de la energía y vía del individuo y más.
Esta forma de Tantra cuenta con gran libertad de espíritu y confía en el ser humano para alcanzar la plenitud. Es por decirlo de algún modo, bastante optimista.
Dentro de esta doctrina existen cuatro escuelas diferentes. Ninguna niega a la otra y entre ellas se complementan. Solo son vías separadas para llegar a la no dualidad teniendo como máximo Dios a Shiva.
Esta escuela de cachemira apareció en el siglo IX, y su máximo representante o guía fue el sabio Abhinavagupta. Se apoya en los shiva – sutra, los cuales son versos dictados por el propio Shiva. También toma como guía el Spandakarika.
También, el Tantraloka es una de sus principales fuentes, donde se narran los procedimientos tántricos con exactitud.
Esta escuela considera a la creación como un acto vibrante del ser supremo, de hecho, Spanda significa vibración. Esta creación es tomada como un impulso que trasciende las fronteras entre el yo y la existencia, entre sujeto y objeto. Los yoguis dicen experimentar como su propio cuerpo es el universo. Esta sería la tercera vía, la inmediata. Pero antes de esta se encuentra la vía inferior y la vía media.
En el Vijñana Bhairava Tantra, uno de sus libros sagrados, se exponen 112 formas de meditar para llegar a este estado elevado de una forma rápida.
Muchas instrucciones aumentan la energía que acaba en la disolución del ego. Es una energía y sucede cuando se separa el intelecto.
Aparece en el siglo V y su nombre significa familia o casta. Los kula deben haber superado todos los miedos y poseer un corazón libre de codicia y apegos. Solo con estas premisas pueden realizar algunas prácticas prohibidas para la mayoría de la gente y llegar a la liberación por muchos métodos que nosotros consideraríamos degradantes. El sexo, el alcohol o platos afrodisíacos pueden ser algunas de las fórmulas siempre y cuando esto vaya en consonancia con la elevación de la kundalini.
Krama significa progresión y es otra de las escuelas del shivaísmo tántrico de cachemira. Nace en el siglo VII y está basada en la energía y sabiduría femenina. Se dice que lo iniciaron las yoguinis y que en este caso es la Diosa la que enseña a Shiva, que se transforma en discípulo.
Shakti es Shiva y es la Diosa primordial. Otra particularidad de esta escuela es que se habla de la rueda como imagen del universo, en el centro se encuentra la consciencia divina y esta irradia miles de energías.
A diferencia de otras vías y escuelas carecen de normas y valoran la espontaneidad.
Esta escuela habla de que lo que se produce en la iluminación es un reconocimiento y por tanto es instantánea y no progresiva. Motivo por el que a muchos recuerda al zen.
No obstante, tras de sí es muy elaborada a nivel cosmogónico y metafísico, pero el ascenso se trata más bien de una actitud de reconocimiento espontánea, donde el yo se une con el universo en un solo yo. Para esta escuela no hacen falta estrategias, es Shiva quien entra en nuestro corazón y nos muestra el universo.
Estas son las cuatro escuelas de cachemira, basadas en el shivaísmo y que usan como práctica el Tantra.