Masaje Lingam: qué es y cómo hacerlo
El masaje lingam es el masaje del pene, o mejor dicho de toda la zona genital masculina, por lo que también incluye el escroto, los testículos y el perineo. Aunque pudiera parecer que el objetivo último es el placer, en realidad tiene un propósito mucho más elevado, el autoconocimiento, la sanación y el vínculo con la pareja en su caso.
Debe ser comprendido como una forma diferente y más pausada de masturbación Su objetivo no es el orgasmo o la eyaculación. Al mismo tiempo, tampoco la pares si llega. Aunque en el Tantra en muchas ocasiones se evita la eyaculación masculina, para que la energía no se vaya del cuerpo, evitarla de forma muy persistente no es del todo recomendable.
Historia del Lingam
Hay una historia curiosa acerca del Lingam. El Dios Shiva a quien asociamos el Lingam, decidió ir al bosque de Deodora a visitar a unos místicos que lo adoraban. Entonces, comenzó a bailar desnudo delante de ellos mientras realizaba movimientos sensuales y excitaba a las hijas de esta tribu de sabios.
Ellos, incapaces de reconocer al Dios, encolerizaron y pidieron que su pene cayera del cuerpo. Y esto ocurrió, después de lo cual una columna de luz arrasó la tierra y los campos ardieron.
Estos sabios a pesar de haber estado meditando y ayunando se dejaron llevar por lo superfluo y demostraron no estar por encima de lo mundano. Le pidieron ayuda a Brahma y este mandó a la Diosa Parvati en forma de vagina para capturar al falo divino.
Beneficios del masaje Lingam
El beneficio no es el orgasmo que probablemente alcanzarás si lo realizas, sino todas las sensaciones nuevas que descubrirás. Además de animarte a tocar zonas erógenas que quizá nunca antes habías probado.
Esto mejorará la conexión con la pareja, la percepción del propio cuerpo y te ayudará a liberarte de barreras y tabúes, un requisito del Tantra.
En primer lugar busca un sitio tranquilo, incluye música relajante y velas o incienso. Puedes hacerlo tú solo o con ayuda de tu pareja.
Estimulación previa
Primero, túmbate boca arriba y puedes incluir una almohada pequeña debajo del culo, de forma que tus genitales queden más expuestos. Relájate y lleva una respiración lenta y profunda.
Tú o tu pareja podéis comenzar a masajear los muslos, las ingles y bajo vientre para después acercarte a la zona del pene.
Estimulación del Lingam hacia arriba
Ahora sí, lleva la palma de tu mano hacia tu pene que debe estar aún en reposo. La otra, debes llevarla a la zona de los testículos. Entonces con ambas haz movimientos hacia arriba presionando con la palma de la mano, pero tampoco en exceso.
Sube las manos hacia arriba y sin apretar vuelve a bajarlas para hacer el mismo movimiento. Los movimientos ascendentes deben llevar el mismo ritmo en el masaje lingam.
También puedes colocar los pulgares sobre el glande mientras abrazas el lingam con las manos puedes masajear suavemente con los pulgares y bajar hasta los testículos con las manos abrazadas al lingam.
Hay más movimientos que te podría contar, aunque lo mejor es que explores por ti mismo o tu pareja nuevos movimientos y formas de masaje lingam.
El perineo y punto sagrado
Tras esto, puedes acercar más los dedos de la mano que se encuentran en los testículos, al perineo. Allí se encuentran muchas tensiones, por lo que es recomendable realizar un pequeño masaje hasta que notes como se libera la energía. Con la otra mano puedes seguir masajeando el lingam o pene.
Luego, si te sientes preparado puedes introducir tus dedos (o tu pareja) o algún juguete sexual en el ano y buscar el punto sagrado (punto P), donde se encuentra la próstata. Este masaje junto con el del Lingam, provocarán una sensación verdaderamente placentera que se expandirá por todo tu cuerpo. Aunque con el primer masaje en una primera sesión, es más que suficiente.